COSTUMBRES PARA CATAR UN MEZCAL

“el mezcal no se bebe, se besa”

Hoy en día el mezcal es considerado en México como una costumbre sagrada de los antiguos dioses (visite el artículo el agave: una historia del tiempo) y que sus sabores reflejan las maravillas que nos brinda la naturaleza. Por eso, beber mezcal es un ritual único y como ningún otro respetando las tradiciones. La degustación es parte del folclor y del viaje que ofrece el mezcal.

Si no está acostumbrado a beber licores puros, recomendamos que primero pruebe las maravillas del mezcal en un cóctel antes de probarlos solo. Sus aromas naturales son perfectos para cualquier bebida. Sin embargo, para apreciar plenamente sus sabores y vivir la aventura, le recomendamos que lo disfrute de la forma más pura: solo. 

El mezcal debe beberse lenta y delicadamente.

El mezcal, a diferencia del tequila, no debe beberse a tragos o en shot. El mezcal debe ser besado, tomarlo de una sola vez no te daría la oportunidad de degustar y disfrutar su sabor ya que las notas son complejas, cambian e incluso confusas.

Para tomarlo, es recomendable hacerlo en un vaso veladora, de esta manera, sus aromas se liberarán para ofrecerle la mejor experiencia.
Hay que acercarse a los labios y besar delicadamente la copa para sentir que los aromas y sabores te invaden.
Hay que llevar el vaso hasta los labios y sorber un poquito, darle un beso delicado para sentir los aromas y sabores que te invadirán.

Este primer sorbo preparará nuestro paladar, y a partir del segundo comenzará a percibir las diferentes notas y matices que se entremezclan. Lo único que hay que hacer es disfrutar de los pocos sorbos que quedan para afinar el paladar e intentar detectar los diferentes sabores que se desprenden.

El mezcal es una bebida poderosa, con un aura mágica y sabores complejos. Fue creado para beber lentamente y saborear cada sorbo. Si lo desea, puede acompañarlo con una rodaja de naranja y sal de gusano o disfrutarlo con una cerveza ligera.

Reconocer sus matrices

Ahora, su paladar ha entrado en calor y por ende reconoce el sabor, es momento de seguir conociendo el mezcal que tiene frente a usted. Huélalo lentamente, ponga unas gotas entre las palmas de sus manos y frótelas hasta que el mezcal se seque. Después, coloque inmediatamente sus manos bajo la nariz y respire profundamente el aroma.

Al respirar profundamente, podrá notar los verdaderos aromas del Mezcal. ¿Percibe humo?, ¿tierra?, ¿hierbas?, ¿floral? o, incluso ¿alimonado?. El mezcal tiene un espectro de sabores extremadamente rico y no se sorprenda si encuentra notas muy diferentes entre dos mezcales. Un maestro mezcalero o un experto en mezcales conocería el tipo de agave y la región de la que procede el mezcal -como un enólogo-, pero sólo los años de experiencia y de cata pueden otorgarle tales habilidades. Así que no se desespere si no reconoce los aromas del mezcal al instante y disfrute primero que todo esta experiencia única.

 ¿Qué debe buscar en un mezcal?

Al momento de elegir un mezcal, hay tres factores primordiales:

  • ¿Quien lo fabricó?
    La mayoría de los maestros mezcaleros utilizan recetas familiares que se comparten de generación en generación y es importante comprobar quién es el creador. No elija nunca un mezcal industrial o producido en serie.
  • ¿Dónde se fabricó?
    Al igual que el vino, la tierra y el clima influyen en los sabores del mezcal. La cuna histórica del mezcal se encuentra en la región de Oaxaca pero otras regiones producen muy buen mezcal.
  • ¿Qué tipo de agave se ha utilizado?
    Cada planta tiene sus propias características y sabores, esto influirá en los sabores.

Estos tres factores forman parte de una lista aún más larga de características que influyen en los sabores del mezcal (véase Mezcal: un proceso de fabricación mágico), lo que lo convierte en una bebida espiritual con una variedad casi infinita de sabores.

Aromas ahumados
Tenga cuidado con los ya famosos aromas ahumados del mezcal. Durante la elaboración del mezcal, los corazones de agave se cuecen en hornos excavados en la tierra y se dejan durante varios días. Es durante esta etapa cuando aparecen las notas ahumadas. Sin embargo, cuando el mezcal “huele mucho”, se considera defectuoso. De hecho, las notas ahumadas deben seguir siendo sutiles y un sabor demasiado pronunciado suele ser un signo de mezcal de mala calidad: los corazones de agave se han quemado y se han perdido los aromas naturales del agave. Un buen maestro mezcalero sabe equilibrar estas notas ahumadas con el resto de los sabores del agave. Aunque algunos lo prefieran más o menos pronunciado, este sabor característico nunca debe eclipsar las demás notas. En Devoción hemos optado por tener sólo sutiles notas ahumadas para dejar que se expresen todos los sabores afrutados y picantes.

Ahora estás listo para comenzar tu descubrimiento e ir a desafiar lo irreal. Disfruta de cada sorbo, de cada momento para desconectar de todo lo que te rodea y participar en el viaje. Deja que este elixir fluya por tus venas y celebra la vida.